martes, 16 de febrero de 2016

One Night Stand

¡Muy buenas a todos, guapísimos!

Antes de empezar, dejad que me disculpe por el retraso en este post. Después de un fin de semana ajetreado (que ahora os contaré) tuve un lunes de desmadre total y se me fue un poquito la castaña se me pasó por completo publicar... Soy terrible con los calendarios (prácticamente no sé ni en qué día vivo).

Así pues, hoy os traigo un pequeño resumen de mi fin de semana y de la última One Night Stand (aunque el título os pueda sonar a chino). Para los que ya sabéis lo que es, os podéis saltar este párrafo; para los que no... Una One Night Stand (a la que voy a llamar One Night o Güan Nait) es una noche-de-rol-y-juegos-de-mesa-non-stop... Vaya, lo que viene siendo lo mismo que una noche de borrachera pero jugando a rol... Trasnochar, conocer gente y esas cositas.

Pues bien, esta One Night fue la 35ª edición del Club de Rol Kritik, en Barcelona. He tenido el placer de asistir ya un par de veces y aseguro que voy a repetir la experiencia (los que estéis interesados, entrad en su página de Facebook para estar informados de sus próximas actividades). El conjunto de todo (desde las personas hasta los propios juegos) hacen que se convierta en una noche inolvidable. 12 horas de vicio non-stop, de risas, de emociones y de todos los juegos que os podáis imaginar... Si os digo la verdad, hace un año y pico me dicen que pasaré la noche rodeada de juegos de mesa y tirando dados y no me lo creo.

Pero bueno, la cuestión es que tras varias semanas de planearlo todo al detalle (y temiendo lo peor porque, como ya sabemos, los planes suelen salirse de madre) todo fue sobre ruedas. Fuimos puntuales, gozamos de muy buenas partidas (sobretodo la última, a la que debo dar las gracias a Alberto, el director de juego) y de muy buena compañía. Cuanto más repito, más le pillo el tranquillo (y el gusto).

Además, el sábado por la mañana, tras la típica noche de insomnio, tuve el placer de asistir a una charla-taller sobre la pérdida, la dependencia y el duelo en la que, además de gozar de un maravilloso orador, aprendí varias cosas muy útiles (incluso cuando uno no sufre de ningún problema con los 3 temas principales de la charla).

La verdad, he tenido un buen fin de semana. Hacía mucho tiempo que no era así y lo agradezco. Poder disfrutar del fresco del invierno (que por fin ha vuelto) y de familia y amigos además de uno de mis hobbies hace que me sienta muchísimo mejor y con muchas ganas de afrontar la semana (que viene fuerte, ya veréis en el próximo post).

Así pues, por hoy lo dejo aquí y nos veremos el próximo viernes. Pero antes debo preguntaros, ¿cuál es vuestro fin de semana ideal? ¿Peli y manta? ¿Salir de fiesta jueves, viernes y sábado (y domingo no porque el lunes se trabaja porque si no...)? Ya me diréis... 

-diminutria-

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